Louise's (Jeanne) ID

Nacida bajo el nombre de Jeanne (o Juana) fue la menor de cuatro hijos. Sus padres, Jacques e Isabelle d'Arc eran agricultores y tenían una formación cristiana igual que el resto de la población francesa de ese tiempo. Por ese motivo, Jeanne no pudo asistir a la escuela (por ser chica) y tuvo que ocuparse de los labores del hogar para contribuir en algo a su familia.

Fue a la edad de los 13 años que escuchó por primera vez la voz de un "Ángel" hablándole. Con ello, Jeanne supo que era un mensaje de Dios, y que por lo tanto debía de hacerle caso. Él le decía que sería ella quien pudiera levantar el asedio de Orleans (el cual se debía a la intervención inglesa en el territorio francés por la guerra de los cien años).

Desde ese momento, Jeanne supo que debía de liberar a Francia y llevarla hacia su victoria, por lo que trató de pedir ayuda a Robert de Baudricourt para conseguir una escolta que la llevara sana y a salvo hasta donde se encontraba el Delfín (príncipe de Francia). Pasó un año insistiendo, puesto que al principio los hombres no podían entender el porqué una muchacha tan joven como ella quería meterse a una expedición tan peligrosa como esa.

Finalmente se la concedieron, y para su sorpresa Jeanne se presentó usando ropas de hombre. "Fue la orden de Dios", explicó, y sin más partieron hacia Chinon. Al iniciar el viaje ya se estaba corriendo el rumor de que la virgen de Lorena (su pueblo natal) salvaría al reino, por lo que muchos se encontraban ansiosos y curiosos sobre éste hecho.

Antes de llegar ante el Delfín, la Pucelle (como ya le nombraban muchos) se presentó frente al asedio de Orleans. Jean De Orleans, cabecilla de la familia ducal de Orleans, se mostró receloso desde que la chica llegó. No quiso involucrarla en ninguna maniobra estratégica y prefería dejarla al margen, pero la chica no se lo dejaba tan fácil. Siempre estuvo presente durante las reuniones, y gracias a sus consejos y estrategias lograron tener una ventaja sobre las tropas inglesas. En ese tiempo que fue Jeanne empezó a usar armadura, la cual era netamente de hombre; sin embargo nunca luchó activamente, y prefería llevar el estandarte para animar a los soldados.

Tras esas victorias, Jeanne finalmente decidió ir a Chinon. Logró conseguir una escolta de seis hombres, entre las que se encontraba Jean de Metz, un caballero que permanecería con ella en todas las batallas hasta el día de su encarcelamiento.

Durante el trayecto llegaron a una ciudad llamada Sainte Catherine, en la cual se quedaron un rato para realizar la misa. Los clérigos intentaron darle una espada, pero ella la rechazó y pidió que le dieran la que se encontraba enterrada en el jardín. Anonadados, los monjes buscaron en el lugar que la chica les había indicado, descubriendo así la antigua espada de Carlos Martel: Cortana. Jeanne usó esa espada durante todo su trayecto militar, pero nunca para matar a una persona.

En el camino hacia Chinon, Jeanne aprendió a leer y a escribir. Por donde pasaban, algunas personas ya comenzaban a verla como una Santa; pero al llegar frente al Delfín él desconfió totalmente de "esa mujer", por lo que prefirió esconderse entre la multitud de la plaza, haciéndose pasar por un civil. Sin embargo la chica pudo reconocerlo (según ella, gracias a la ayuda de los ángeles), y debido a ello el príncipe se tuvo que ver obligado a otorgarle una cierta confianza a la doncella.

Tras una charla en privado, el Delfín accedió a darle un ejército para que ella pudiese llegar nuevamente a Orleans y terminar de una vez por todas con el asedio.

Partió de regreso hacia la ciudad con el ejército que le había dado el Rey, y para sorpresa de todos los que no habían confiado en ella, la joven Pucelle logró derrotar a los ingleses y liberar la ciudad. Ésto logró que Jeanne se ganara el corazón de los ciudadanos, quienes se unieron a su causa. De esa forma logró liberar más ciudades, para finalmente coronar al Delfín en Reims.

Sin embargo, la chica creía que aún no había terminado con su misión. Decidida a liberar París, fue con su ejército hasta la zona... pero las cosas no salieron tal y como había esperado. Los ingleses tenían más tropas que antes, y ella fue herida en el muslo por una flecha, lo que provocó la retirada de su ejército.

El Rey comenzó a dejar de lado a la joven, dictaminando que ya no le hacía falta para re conquistar Francia de las manos inglesas. Durante ese tiempo ella se quedó en una de las ciudades francesas libre de los ingleses, pero tuvo que defenderse de varias acusaciones contra su persona.

Eventualmente, tras unos años de treguas, Francia e Inglaterra retomaron la guerra, por lo que ella regresó al campo de batalla. En éste retorno, ella ya no era la misma joven de 14 años que prometió coronar al Rey; ahora era una chica de 18 años, que usaba una armadura hecha especialmente para ella y que había perdido ya casi todo rastro femenino en su cuerpo (como por ejemplo, su cabello largo). Pese a sus nuevas victorias en el campo de batalla, llegó el momento trágico en su vida: fue capturada por los ingleses.

Fue su último año de vida, y el que estuvo lleno de momentos horribles como buenos. Al inicio, pese a su condición de prisionera siempre se encontró bajo la protección de algunos duques y duquesas, quienes pese a ser ingleses la admiraban por su valentía y coraje. Sin embargo, después se volvió un infierno para ella. Las torturas no se hicieron esperar, y mucho menos el acoso sexual que recibía por parte de sus captores. Intentó escapar dos veces, aunque la última vez casi le cuesta la vida.

Era vigilada por cinco hombres, quienes la mantenían vigilada día y noche puesto que se trataba de una prisionera de guerra muy cara. Aún si la duquesa de Bedford intentó protegerla, eso no evitó que Jeanne sufriese más de dos intentos de violación.

El juicio contra su persona fue largo. Los jueces, el jurado y los que mantenían los cargos en su contra eran ingleses, por lo que se trató de un juicio imparcial y nada justo. Hubo una temporada en la que enfermó y estuvo a punto de morir, pero los cardenales ingleses hicieron de todo para mantenerla con vida ya que deseaban ejecutarla de forma pública. Sus compañeros trataron de liberarla en varias ocasiones, sin éxito, y finalmente se dio la sentencia.

Finalmente, el 30 de mayo fue llevada hasta el centro de Ruan, donde le esperaba una hoguera. Tras leerle su condena, la doncella fue amarrada y prendida en llamas bajo la acusación de ser una "hereje" y "bruja". Entre gritos de dolor, Jeanne le suplicó a Dios que le permitiera una segunda oportunidad, queriendo así enmendar todo lo malo que había llegado a hacer.

Fue por ese motivo que los Signos Zodiacales decidieron dejarla revivir como un Espíritu Heroico. Con la esperanza de limpiar su nombre y su alma, Jeanne se cambió el nombre por "Louise", y fue puesta a cargo de un Dios Nórdico bastante problemático: Thor. Debido a ello, tuvo que verse obligada a convivir con un hombre, pese a los temores de su vida pasada.